viernes, 26 de junio de 2009

Otra mirada

Me aburre, me cansa, me hastía…esas serían las palabras que definen mi sentimiento cuando leo, escucho y veo esos mensajes sobre los “jóvenes de hoy”. Parece que no tenemos nada positivo a destacar sobre ellos o que no queremos hacerlo porque lo que se impone es hablar sobre lo mal que lo hacen. Y si por aquellas se nos ocurre nombrar alguna cualidad siempre nos colgamos los galones nosotros, los padres. “Que bien lo hemos hecho!!”,”Hemos sabido marcar límites”, “Es que nosotros hemos estado ahí siempre, con cariño y apoyo pero también con control”, “Nos hemos esforzado para que fuese a un buen colegio” … Es que no sé qué que sé yo … toma galón y subidón de autoestima!

Pues mira por donde a mi hoy me apetece ampliar mi mirada e ir más allá, buscar el protagonismo en ellos y comprobar que a mi alrededor, no sólo en casa, también en el trabajo y en la calle, veo a chicas y chicos implicados hasta las cejas en su propia vida y en la vida de los demás. Algunos de esos jóvenes a pesar de no haber contado con esos padres “perfectos” (los de los galones…) han sabido dar pasos hacia delante sin llevarse por delante a nada ni a nadie. Otros, que sí han contado con unos padres que les quieren y les apoyan, no se han aprovechado de ese amor incondicional y por poner un ejemplo, veo a los que se han puesto en marcha hacia la vida adulta de forma inmediata al acabar con los últimos exámenes, trabajando aquí y allá para sacarse unas pelas intentando de ese modo no sumar agobios a los ya cotidianos agobios económicos en los que una gran parte de los padres se hayan inmersos.

Otra reflexión que me pasa por la cabeza sobre el tema es el hecho de que en una familia “perfecta”, de padres “engalonados” o “autoengalonados” por su saber hacer, podemos encontrar jóvenes egoístas, narcisistas, agresivos, delincuentes… ah amigos!…entonces los padres se retiran del escenario y dejan todo el protagonismo a sus hijos. Ellos no tienen nada que ver en eso!! (los galones sí los quieren, los marrones no…ja ja ja)

En fin Serafín, que en mi opinión los galones deberían estar más repartidos…y los marrones también!!

Saludos!!

sábado, 20 de junio de 2009

El mar, la bruja, la educadora, el caos…

Hoy me he dejado recorrer por su lengua; he aceptado que lamiese centímetro a centímetro mi cuerpo y mi alma. Y durante ese recorrido he ido despertando del letargo al que me he sumido estos últimos días, casi meses…he despertado de ese sueño apático, gris y vacio por el que he paseado sin rumbo fijo, a la espera de nada. Necesitaba volver a sentir la caricia del mar (en qué estabais pensando eh? mentes calenturientas!)

Hace un tiempo anuncié que no iba a permitir que la bruja piruja (mi artritis) me hiciese perder ni un sólo segundo de mi hora y hoy tengo que reconocer que por poco lo consigue, por muy poco…

Lo anecdótico es que ha sido una compañera, una edukata de esas de las que hay pocas, de esas que continuamente se cuestiona su trabajo y sus intervenciones, de esas que reconoce sus límites y no alardea de sus capacidades, de esas para las que el fin último de su intervención es el bienestar de la persona o personas a las que dirige su intervención, de esas a las que además de por compañera te gusta tenerla por amiga, la que con un “pedazo de intervención” me ha ayudado a abrir los ojos que ya empezaban a pestañear con claros síntomas de sueño…ese sueño apático del que he hablado.

Y es que ya se sabe: “en casa del herrero cuchara de palo”…ahí estaba yo, una “técnica educativa” con supuestas habilidades y capacidades para la reconducción emocional (joer sigue sin gustarme la palabrita…), en contención (sigue sin hacerme mucha gracia lo de contener), en estrategias que favorecen no sé que que sé yo y en un montón de cosas más…ahí estaba, justo al borde de la desmotivación, la inapetencia, la desorientación, el desinterés y el caos emocional total. La leche con la bruja piruja, casi lo consigue…

Me va lo del caos, pero no en lo emocional; me ha costado lo mío saber donde lo tengo todo colocado en mi “estantería”, aunque lo descoloque o se descoloque de vez en cuando (como sé donde va no hay problema, se vuelve a colocar y punto), como para que ahora esa puñetera venga a tocarme lo que no me suena y pretenda convertirme en lo que no soy ni quiero ser.

Gracias amiga por esa intervención magistral y a tiempo!! y por supuesto gracias a mi sevillano por esa paciencia infinita que no sé yo de donde narices la saca…

lunes, 15 de junio de 2009

La tarima seductora

Aunque sólo caí una vez en ese poder seductor que confiere la tarima a quien la posee aunque sea por un momento, todavía recuerdo la intensidad de ese poder y comprendo que siga teniendo tanto éxito.

Era un profesor de derecho, alto y fornido, ni guapo ni feo, de esas personas que te cruzas por la calle y no llaman tu atención por nada en concreto. Ya el primer día de clase arrasó; nos tenía a todas embobadas, embelesadas, atontadas y aleladas escuchándole. No decía nada interesante e incluso su tono era bastante monótono. Hablaba sobre las fuentes del derecho y esas cosas y todas le admirábamos ya desde esa primera clase. La verdad es que no me fije si a alguno de los compañeros le pasó lo mismo, pero en todo caso los comentarios que llegaron hasta mi sobre el “atractivo profesor” se produjeron entre las mujeres de clase.

Intenté mantenerme alejada de esas ondas seductoras que hasta podían palparse, pero no pude y caí a cuatro patas. Durante los descansos, me recitaba poesía al oído y murmuraba cosas que en aquel momento me parecían genialidades. Sentía las miradas envidiosillas de mis compañeras y escuchaba el murmullo de sus cotilleos… Ahí estaba yo, totalmente seducida por el señor que subía a la tarima cada tarde y soltaba su larga y tediosa teoría sobre derecho. Duró poco el encantamiento y empecé a observarle atentamente. En momentos en los que él no sabía de mi presencia, escuché como recitaba la misma poesía a otra de las alumnas y los murmullos de las mayores chorradas dichas al oído que podáis imaginar (lo que seguramente estaba siendo interpretado como una genialidad). Ni tan siquiera se molestaba en aprenderse otra poesía!!! y tampoco cambiaba el contenido de los murmullos acariciantes!!!

Fue divertido el período de observación del “atractivo profesor” en acción. Desde entonces, cuando alguien durante una conferencia, curso, debate, seminario… comenta algo así como: “este tipo no es guapo, pero tiene algo ¿verdad?, a mi me resulta de lo más atractivo”, no puedo evitar un sonrisa y mirar hacia la tarima donde está subido el personaje en cuestión.

Creo que la tarima del profe o del ponente, es una poderosa arma de seducción y lo más curioso es que muchas de las veces el profe o ponente no ha hecho absolutamente nada para fomentar ese hecho (no es el caso del profe de derecho, que ese tipo sabía utilizar perfectamente ese poder y lo hacía a conciencia). Somos los oyentes y alumnos los que en algún momento hemos elevado a los cielos a personas que sin esa “tarima” hubiesen pasado por nuestras vidas sin pena ni gloria…Ni chicha ni limoná, vamos!

Ya hace algunos añitos de mi “cuelgue efímero” por el profe pero os aseguro que para mi fue un aprendizaje de vital importancia. Y no es porque desde entonces me resulten poco atractivos los profes o conferenciantes, ni tampoco porque para seducirme haga falta algo más que saber latín y griego, es porque aprendí que cualquier persona, por muy intelectual (o hipotéticamente intelectual que sea), por muchos conocimientos que tenga sobre uno o varios temas, por muchos libros que haya leído o escrito o por muchos años de estudio, no deja de ser una persona más … que tal vez me resulte ingeniosa, tediosa, genial, absurda, divertida, aburrida, atractiva o repulsiva. No sé como resultará, pero parto de la premisa de que eso es algo que está por descubrir aunque esté subida en la tarima más alta del Aula Magna de la mejor facultad del país.

miércoles, 3 de junio de 2009

Vuelven a casa...

Tienen las mismas ilusiones que otras chicas de su edad. Están en los momentos más intensos de la adolescencia (entre los 15 y los 18), aunque algunas de ellas no han podido vivir cada etapa: primera infancia, infancia, pre-adolescencia, rodeadas de las circunstancias que podríamos llamar “habituales” (no me gusta lo de “normales”). Están ahí y nadie podría imaginar las tremendas historias vitales que llevan consigo.

Se fugan y vuelven a “casa” después de alguna fiestecilla con los amigos o el noviete. Es curioso, cuando llegaron a la residencia no querían ni oir hablar de que la resi era su casa, pero ahora emplean la palabra de forma normalizada. Y no sólo utilizan ese término sino que en su día a día han ido encontrando su lugar. Han llenado cada espacio, cada rincón de la casa, con sus rebotes inagotables, sus cabezonerías, sus “niñerías”, sus saltos constantes a la normativa, sus lloros, sus alegrías, sus penas, sus deseos…sus sentimientos. Son adolescentes repletas de vida.

La capacidad que tienen para seguir adelante es brutal y, aunque el apoyo del equipo educativo tiene su importancia, son ellas las que están haciendo que su vida gire hacia donde ellas quieren.

El día a día a su lado es una sorpresa sin fin. Vas y vuelves del “límite” unas cuantas veces diarias (a no ser que todas hayan ido al instituto, cosa poco probable, y entonces… son menos los viajes de ida y vuelta!!). Te diviertes, te desesperas, te replanteas, te cuestionas, te cabreas, te emocionas, te ríes a carcajadas o te escondes en el lavabo a llorar de cansancio puro y duro. Te conviertes en una profesional repleta de vida.

Desesperada, cabreada, emocionada, llorica, divertida, cansada, cuestionada… pero muy viva!!. ¿Qué más se puede pedir?.

jueves, 21 de mayo de 2009

Un par de cachetes…

shinchan

Tenía tres años y estaba correteando tan feliz con sus amiguetes. Yo también correteaba persiguiéndole para meterlo en la bañera.

- ¡Alex! ¡al bañito, venga! (que vicio tenemos algunos de usar los diminutivos, ahora que me acuerdo me resulta ridículo)

- No, no, no, no, no quero!.

Pasaron 20 minutos y Alex seguía correteando y yo cada vez más…histérica? pues sí, lo reconozco, me estaba alterando por momentos. Al final decidí agarrarlo y llevarlo directamente al cuarto de baño.

- Zas! - ya te tengo!

Lo dejé delante de la bañera y me volví para recoger algo. En ese momento escuché:

- Puta!

Uishhh! no sé yo lo que pasó por mi cabeza cuando escuché su vocecita llamándome puta. Me giré hacia él y le solté un cachete… estaba sorprendida, perpleja, desorientada y…plas! le solté otro…

Alex, que se había quedado tan sorprendido y perplejo (que no desorientado) como su madre, dijo con su habla “zopera”:

- No ze vale, yo te he dicho una vez puta y tu me has dao doz tortaz!!

Me quedé más perpeleja todavía; sólo le abracé mientras le pedía perdón mil veces. Esos fueron los primeros y últimos cachetes que le propiné a mi hijo.

Esas palabras de mi peque fueron el inicio de una larga reflexión. Me pasé unos días elaborando mi propia “teoría” al respecto (me suena raro eso que acabo de escribir dada la simplicidad de lo que he llamado de ese modo, pero no encuentro otra palabra).

¿Qué derecho tenía yo a darle ni medio cachete a Alex? Ninguno!

No puedo pegarle a mi vecino cuando me fastidia con la música a las 3 de la madrugada; tampoco puedo arrearle a mi pareja cuando me saca de quicio, ni a mi madre cuando con sus cosas me lleva al borde del ataque de nervios. ¿Entonces, de que poder me apropié en ese momento para poder soltarle ese par de cachetes a mi hijo? . No estaba apropiándome de nada, estaba utilizando un poder que por circunstancias determinadas yo tenía a mi alcance en ese momento y abusé de ese poder.

Finalmente decidí y sigo pensando lo mismo después de 15 años, que el hecho de pegar a los hijos es un abuso de poder absoluto.

La verdad es que Alex estuvo sembrao con esa frase “zopera”!

lunes, 11 de mayo de 2009

Una montaña rusa.

Mi sevillano dice que su vida a mi lado es como una montaña rusa. Me pregunto si será porque en algunos momentos está acojonado, porque se siente en la cima más alta en otros o por las sorpresas que se lleva. No sé, no me lo ha aclarado y supongo que no lo hace para mantener mi expectación y que así no deje de preguntarle al respecto. Le gusta mucho eso de verme interesada del todo por algo. La verdad es que creo que me observa y va sacando conclusiones. Es un gran observador. La cuestión es que sigue a mi lado en el carricoche de la montaña rusa.

Pero la vida es así, ¿no?. Subidones de infarto, bajadas increíbles, imprevistos, desequilibrios en la estructura, revisiones y ajustes, atracción, mareos, pánico, prisas, esperas interminables, nervios, carcajadas, rapidez…y tantas otras emociones y razones.

Hoy hablábamos en el blog de un amigo sobre las emociones y la capacidad de manejarlas. Ufffff, para mi ese es un tema complicado, sobre todo cuando en el trabajo, se habla de “reconducir emociones”. Al principio me daba un miedo atroz esa expresión. Me preguntaba cómo podía yo ni siquiera pensar en reconducir las emociones de nadie. Ya no me asusta pero sigue sin gustarme esa expresión y sigo sin creer que siempre sea una opción válida.

Pienso en la posibilidad de que en el intento de reconducir, lo que se esté haciendo realmente sea contener emociones (que deberían salir e ir hacia donde tenían previsto…). Me pregunto hacia donde reconducimos, ¿hacia lo que nosotros creemos que es el lugar correcto para esa emoción?. En ocasiones parece que las emociones se han reconducido, pero al cabo de unos días o de unos meses te das cuenta de que esa emoción sigue impulsando la vida de esa persona y puede ser un elemento que no la deja seguir, que la mantiene bloqueada en un punto.

No sé, a veces me pregunto si lo de la reconducción no es más que otro de esos conceptos tan chulos y que suenan tan interesantes en el ámbito de lo social. En mi opinión, trabajando con, desde y entre las emociones en “estado puro”, siendo las que son y se dirijan hacia donde se dirijan, se consiguen también avances importantes.

¿Me habré explicado bien? me da que no mucho , En fin…es lo que hay!

sábado, 2 de mayo de 2009

La vida es una hora…



Eso dice un amigo mío.

¡Ahora me doy cuenta que ya han pasado 35 minutos!. Bueno, me quedan otros 25, tendré que seguir aprovechando el tiempo. Y digo seguir porque no soy consciente de haber perdido ni un solo segundo de mi hora.

Me he parado a escuchar el tic tac… me he parado precisamente ahora porque mi cuerpo ha empezado a dar señales desconocidas para mi hasta este momento.

Mis articulaciones duelen y se inflaman, joder! “pero si soy una chavala (bueno casi)”, le dije a la doctora. “¿Eso no es cosa de mayores?”, le pregunté. La doctora me aclaró que eso era una creencia muy extendida pero falsa.

Y aquí me tenéis, hablando sobre mi artritis. Y tal vez hablo sobre ella para que piense que la estoy poniendo verde y desaparezca toda ofendida ella.

También puede ser que hablo sobre ella para ir aceptándola y decidir, teniendo en cuenta que va a acompañarme durante esos 25 minutos de los que hablaba antes, cómo voy a tratarla.

De momento reconozco que, sin conocerla apenas, creo que es una bruja de las pirujas pirujas. Pero ya sé que a veces las apariencias engañan, así que esperaré a ver que pasa. En todo caso, no pienso dejar que consiga hacerme perder ni un solo segundo de mi hora…

domingo, 8 de marzo de 2009

¿Me retuerzo o me refuerzo?

Hoy me han dicho que me retorcía o que retorcía los conceptos. ¡Me he sentido halagada! y he comprobado que algunas veces, cuando no bailas el agua, cuando no expresas la opinión de la "supuesta mayoría", la gente cree que te mueves en lo retorcido. Claro, creo que realmente es así, pero en este caso, al concepto "retorcido" yo le doy el significado de complejo.

Me reTuerzo en la complejidad de lo sencillo y me reFuerzo de la sencillez de lo complejo.
Quedarme en la superficie, nadando plácidamente, me vale a veces (las menos) pero lo que realmente me gusta es ir hasta al fondo, reTorcerme en las profundidades y salir a flote reForzada.

Salgo repletita de algas que se aferran a mi y que me hacen recordar lo molestas que pueden ser algunas situaciones en la vida. Me las saco de encima en cuanto puedo. A veces, encuentro alguna caracola que me susurra al oído secretos que únicamente voy a saber yo ¡que privilegio!. La estrella de mar es más díficil de conseguir y estoy convencida de que es porque se esconde; se esconde porque acostumbra a "irse de la lengua" (¿no me creeis?...bien, no me voy a esforzar en convencer a nadie); cotillea sobre otros y otras y eso, en ocasiones, le causa problemas. Así que vive escondida y no tiene muchos amigos.
¡El caballito de mar! A ese me lo meto yo en la parte de abajo del bikini y me lo subo a la superficie. Aclaro que me lo meto en la parte de abajo del bikini para que no se me escape ya que es bastante inquieto. Ah! el caballo es algo retorcido también y supongo que es por eso que me gusta echar unas charlas con él. Siempre me lo encuentro dando vueltas y vueltas alrededor de todo bicho viviente, observando, deduciendo, aprendiendo, compartiendo, debatiendo; es curioso, pero el resto de bichos vivientes le miran como si él fuese un bicho raro... pero a mi me parece un bicho interesante, así que cuando llegamos a la superficie, lo saco de mi bikini y nos ponemos a charlar de cosas que algunos llamarían superficiales, otros simplezas o trivialidades y tal vez a otros podrían interesarles. Hablamos de la vida y lo hacemos en la retorcida profundidad de la superficie....

Me quedan algunos bichos de lo que hablar pero ya no tengo ganas...

¡¡Saludos!!



domingo, 18 de enero de 2009

Límites

A que os suena eso de los límites? claro, somos educador@s sociales y nos suena por narices!!
Vale, pues ahí va algo que escribí sobre los límites y recuerdo cuando escucho esa palabrita mágica? perversa? castradora? facilitadora? no sé. Sí sé, que en algún momento, esa palabra me ha hecho pensar en esto:

Límites....
lo interiorizado,lo aprendido, lo adecuado,lo aburrido, lo limitado,lo higiénico, lo decoroso...
Todo ello encarnado en uno mismo, en nuestro cuerpo... reprimiendo instintos, anulando deseos, acallando los gemidos primarios más auténticos que estan ahí, en el estado mas puro, esperando a salir.... provocados por la violación misma, por la profanación, por la infracción, por el apetito desmedido y desordenado de placeres deshonestos...

Abril



martes, 13 de enero de 2009

Salir del cascarón

Creo que en nuestra profesión nos pasamos la vida saliendo del cascarón. Y eso me gusta.
Ni un solo día he dejado de sorprenderme. Me refiero a ese tipo de sorpresas que te dejan con la boca como una O de Ohhhhhh y con los ojos como sartenes (de esas de hacer paella, grandotas). Y eso, lo tengo claro, es un privilegio.
Sí, ya sé que en muchas ocasiones esas sorpresas atacan directamente a nuestro gran ego (educativo, por supuesto!), ese que nos acompaña hasta en casa, cuando ya deberíamos estar "desconectados", pero otras veces, las más, diría yo, nos muestran lo sencillo, que siempre nos empeñamos en complicar; lo claro, que nos empeñamos en obviar; lo divertido, que nos empeñamos en tergiversar...en fín, nos muestran lo humano en esencia.
Y lo que más me gusta de esas situaciones sorpresa, es que no dejan espacio a la intervención planificada y elaborada. La "mano educativa" que pretende dirigir hacia la salida del laberinto, entre estrategias y teorías, para encontrar la solución, se queda sin salida y sin solución. Ja!

Pero por San Dustan! se aprende lo nunca escuchado, leído, visto o debatido en ningún otro lugar. Se aprende si te dejas sorprender, claro está....

Bueno, ya! que me voy a subir a mi parra un rato.....