miércoles, 3 de junio de 2009

Vuelven a casa...

Tienen las mismas ilusiones que otras chicas de su edad. Están en los momentos más intensos de la adolescencia (entre los 15 y los 18), aunque algunas de ellas no han podido vivir cada etapa: primera infancia, infancia, pre-adolescencia, rodeadas de las circunstancias que podríamos llamar “habituales” (no me gusta lo de “normales”). Están ahí y nadie podría imaginar las tremendas historias vitales que llevan consigo.

Se fugan y vuelven a “casa” después de alguna fiestecilla con los amigos o el noviete. Es curioso, cuando llegaron a la residencia no querían ni oir hablar de que la resi era su casa, pero ahora emplean la palabra de forma normalizada. Y no sólo utilizan ese término sino que en su día a día han ido encontrando su lugar. Han llenado cada espacio, cada rincón de la casa, con sus rebotes inagotables, sus cabezonerías, sus “niñerías”, sus saltos constantes a la normativa, sus lloros, sus alegrías, sus penas, sus deseos…sus sentimientos. Son adolescentes repletas de vida.

La capacidad que tienen para seguir adelante es brutal y, aunque el apoyo del equipo educativo tiene su importancia, son ellas las que están haciendo que su vida gire hacia donde ellas quieren.

El día a día a su lado es una sorpresa sin fin. Vas y vuelves del “límite” unas cuantas veces diarias (a no ser que todas hayan ido al instituto, cosa poco probable, y entonces… son menos los viajes de ida y vuelta!!). Te diviertes, te desesperas, te replanteas, te cuestionas, te cabreas, te emocionas, te ríes a carcajadas o te escondes en el lavabo a llorar de cansancio puro y duro. Te conviertes en una profesional repleta de vida.

Desesperada, cabreada, emocionada, llorica, divertida, cansada, cuestionada… pero muy viva!!. ¿Qué más se puede pedir?.

7 comentarios:

  1. La vida explota, compañera.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  2. Si te sientes viva, todo lo demás te acompaña...

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Entiendo perfectamente lo que dices... y es cierto que sus historias pueden romper el alma... muchas veces pensamos en su rebeldía..olvidando que en algunos casos les han robado parte de su niñez... Estoy segura de que están en buenas manos... y que por tanto están en casa...
    A mí me gustan los pequeñitos, y los entiendo de manera natural... los primeros años de vida son muy importante, pero al llegar a los seis años, ya hay muchas pautas establecidas... y desde luego que esa edad tan complicada, no es fácil de llevar... Preciosa tu labor amiga....
    Y a la pregunta..qué mas puedes pedir?... yo diría que muchos abrazos... abrazos llenos de energía ..de ternura y cariño... para que nunca te falte esa sonrisa y la fuerza necesaria para que sigas sintiendote VIVA!! ...llorica y divertida... cansada y cuestionada.... desesperada y cabreada... Un abrazote!! Tessa.

    ResponderEliminar
  4. Capitán! una alegría volver a tenerte por aquí! (qué pasa con tu nick? me lleva a eduso no a tu perfil...)
    Un abrazo!!

    Petons Sara!!!

    Tessa joia me debes la dire del blog ese tan interesante eh!! ;-)

    ResponderEliminar
  5. A veces la diferencia entre un adolescente condenado a la delincuencia y la marginalidad... y otro capaz de hacerse un sitio digno en la sociedad... consiste sólo en unos oídos dispuestos a escuchar y una mano tendida.

    ResponderEliminar
  6. Estoy de acuerdo Botijo...(hacemos que suenen las campanas??? o cantamos el aleluya? jejejejeje)

    ResponderEliminar
  7. Bueno... El aleluya lo cantaría mejor uno que y9 me sé...

    :)

    ResponderEliminar